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Necrofilia en Satalia

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Hace unos días estaba revisando en Gallica, la biblioteca electrónica de la Bibliothèque Nationale de France, un manuscrito iluminado compuesto por varios libros de viajes medievales, buscando imágenes de peregrinos, y me topé con una imagen que me llamó poderosamente la atención. En la escena aparecía un cementerio ubicado junto a una iglesia y rodeado por un muro, no muy diferente de otros que aparecen en representaciones contemporáneas. Eran los personajes que aparecían lo que resultaba extraño. En lugar del típico cortejo fúnebre o del no menos típico entierro hay un hombre abriendo la tumba de una mujer con la que, aparentemente, parecía estar teniendo trato carnal. La desnudez de la muchacha, la postura del hombre y el detalle definitivo de sus calzas bajadas no dejaba mucho sitio a la imaginación.

Página del manuscrito iluminado BNF Français 2810 f. 299 (Fuente: Gallica)
Tras unos segundos de perplejidad tuve que asumir que me encontraba ante una escena de necrofilia. En este blog hemos tratado la necrofobia al hablar del uso funerario de las cuevas en época visigoda, pero nunca habíamos tenido ocasión de tratar justo el tema contrario. Ni siquiera se me habría ocurrido así en frío, pero una imagen tan explícita llamó poderosamente mi atención y me ha tenido varios días rastreando documentos que me permitiesen darle un poco de sentido.

Detalle de la escena del manuscrito BNF Français 2810 f. 299 (Fuente: Gallica)
La primera cuestión que se planteaba era ¿qué historia estaba ilustrando la escena? Como decía al principio, se trata de un manuscrito en el que se han juntado páginas de varios libros de viajes en edición ilustrada del siglo XV, concretamente siete, incluido por supuesto el bet seller de la época en este género: el Libro de las Maravillas de Marco Polo. La página que contiene la escena corresponde, sin embargo, a una obra mucho menos famosa: el Voyage autour de la terre de Jehan de Mandeville, escrita en la segunda mitad del siglo XIV por un autor desconocido. El libro relata los viajes de este personaje-narrador por Egipto, India, Asia Menor, China y el Mediterráneo. Una de las numerosas curiosidades que recoge la narración es el pasaje que habla del origen mítico de las peligrosas corrientes del golfo de Satalia, cerca de Chipre, cuya transcripción recogemos aquí en su versión original:
En allant vers Chypre, on passe par le golfe de Sathalie où il y avait jadis une grande terre et une belle cité du nom de Sathalie, mais cette cité et ce pays furent perdus par la folie d'un jouvenceau qui aimait une demoiselle belle et avenante. Elle mourut subitement et fut mise dans un cercueil de marbre. Dans le grand amour qu'il avait pour elle, le jeune homme alla de nuit à sa tombe, l'ouvrit et coucha avec elle, puis il partit. Quand il revint au bout de neuf mois, une voix vint à lui, qui lui disait: «Va à la tombe de cette femme, ouvre-la et regarde ce que tu as engendré en elle. Et ne te refuse pas à y aller, car si tu n'y vas pas, tu en souffriras». Il alla et ouvrit la tombe dont jaillit une tête défigurée et hideuse à voir. Cette tête regarda la cité et le pays et, aussitôt, la cité fut engloutie dans l'abîme. Il y a là un passage des plus périlleux.
Jehan de Mandeville, Voyage autour de la terre, ca. 1357-1371 (edición de C. Deluz, 1993)
La historia cuenta cómo un joven enamorado profanó la tumba de una doncella de la que estaba enamorado para poseerla después de muerta. Nueve meses después una voz le dijo que fuese a la tumba de la mujer para ver lo que había engendrado o, de lo contrario, se enfrentaría a un insoportable sufrimiento. El producto de su ominosa lascivia era una cabeza desfigurada y monstruosa que, al mirar a la ciudad de Satalia, provocó su desaparición, engullida en un abismo. En el lugar donde estaba la ciudad y su territorio sólo quedó un peligroso paso marítimo.

La primera parte de la narración se correspondía con la escena que representaba el folio 299 del manuscrito Français 2810 de la BNF, realizada hacia 1400-1420. Aunque la leyenda de Satalia narra hechos sucedidos en tiempos aparentemente remotos, el ilustrador la ha representado con un «vocabulario gráfico» propio de su época, representando el cementerio junto a una iglesia y las tumbas señalizadas con cruces de madera techadas. Pero¿estarían ilustradas con la misma escena de necrofilia otras versiones iluminadas de la obra de Mandeville? El primer manuscrito que revisé sin fortuna fue el conservado en la British Library, una versión ilustrada en Bohemia en el primer cuarto del siglo XV. Muchas representaciones de tumbas —de Aristóteles, de Hermes Trimegisto, de Adán, etc.— pero ninguna semejante a la del manuscrito de la Bibliothèque Nationale de France. Seguí buscando y no tardé en dar con una representación de la historia del profanador concupiscente, aunque mucho más recatada que la primera. En el Stiftsarchiv St. Gallen (Suiza) hay un manuscrito de los viajes de Mandeville ilustrado en el segundo cuarto del siglo XVdonde el joven simplemente abre la tumba de la doncella, que yace correctamente vestida.  

Ilustración del manuscrito Cod. Fab. XVI del Stiftsarchiv St. Gallen (Fuente: e-codices)
El resto de los manuscritos que he localizado no están iluminados, sólo contienen el texto del libro de viajes. Son las primeras versiones impresas de la obra de Mandeville, concretamente varios incunables traducidos al alemán, las que sí recogen representaciones ilustradas de la leyenda de Satalia. En estas versiones la atención del grabador se centra en la segunda parte de la narración, cuando el joven vuelve a abrir la tumba tras nueve meses para conocer el fruto de su amor prohibido. En un incunable de la Bibliothek Otto Schäfer (Alemania) fechado en 1488 la escena muestra en el cementerio al joven huyendo, la doncella yacente, la cabeza monstruosa y una representación alegórica de la voz que transmite el mensaje amenazante.

Ilustración de incunable de la biblioteca Otto Schäfer, de 1488 (Fuente: MDZ Digitale Bibliothek)
Las imágenes de otros incunables alemanes de finales del siglo XV muestran únicamente al engendro, una bestia demoniaca con pico de rapaz, cuernos de cabra y otra cabeza en la espalda, saliendo de la tumba y asustando al joven. Ni rastro de necrofilia.

Ilustración del incunable 1083 de la Bayerische Staatsbibliothek, de 1481 (Fuente: MDZ Digitale Bibliothek
El manuscrito Français 2810 de la BNF ofrece, por lo tanto, un testimonio gráfico excepcional por su explícito contenido sexual. La referencia a la necrofilia no aparece en el resto de versiones ilustradas de la leyenda de Satalia, mucho más recatadas o sólo interesadas en reproducir la parte más sobrenatural del relato. Una historia que, por cierto, no aparece únicamente en la descripción de los viajes de Mandeville. Como recoge el antropólogo Salomon Reinach en su artículo de 1911 «La tête magique des Templiers», las versiones más completas de los sucesos que provocaron la destrucción de Satalia aparecen ya hacia 1182-1190 en la obra De nugis curialium de Walter Map; en 1201 en la Chronica de Roger de Hoveden; y en 1214 en la Otia Imperalia de Gervasio de Tilbuty. Por el primero sabemos que la historia aconteció en tiempos de Silvestre II (999-1003) —el papa Gerberto—, que el engendro aparecido era la cabeza de la gorgona Medusa y que el peligroso golfo se llamó de Satalia en honor a la doncella, pues es era su nombre.  Según Roger de Hoveden el nombre de la muchacha era Yse, no Satalia. Del nombre del joven caballero no quedó memoria.

Quedaba, después de todas estas pesquisas, una cuestión aún sin revolver ¿dónde estaba exactamente Satalia? En lo mapas actuales no hay ni rastro del topónimo, ni en tierra, ni en el mar. Por fortuna, todavía en las descripciones geográficas del siglo XVIII aparece mencionada la ciudad y el peligroso golfo. Un buen ejemplo es el Diccionario Geográfico de Juan de la Serna, editado en 1772, en el que se sitúa Satalia en la costa turca, en la región de Caramania. Todo parece indicar que se trata de la actual Antalyay que el golfo del mismo nombre es el traicionero golfo de Satalia de los textos medievales. Sin embargo, hasta donde he podido averiguar, esta ciudad no sufrió ninguna destrucción traumática desde su fundación allá por el siglo II a. de C. De hecho, en tiempos del papa Gerberto era una de las principales ciudades del Imperio Bizantino. Quizá la leyenda de la violenta destrucción de Satalia, engullida por el abismo, tenga que ver con el hecho de que es una zona de cierta inestabilidad sísmica en la que ocasionalmente se producen terremotos.

Descripción geográfica de Satalia en el diccionario de Juan de la Serna (Fuente: Google Books)


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