Uno de los hallazgos que más nos llamó la atención durante la campaña de 2011 en Riocueva fueron un par de
. Son clavos de tamaño pequeño, con la cabeza cónica y el vástago corto, doblado para fijarlo a una suela de cuero gruesa. Aparecieron durante las labores de prospección en dos puntos diferentes y distantes: una en el tramo central de la galería, muy cerca de donde apareció el
, y la otra próxima a la zona más profunda del conjunto funerario.
Sin embargo, las tachuelas de Riocueva corresponden a algún momento entre mediados del siglo VII y mediados del siglo VIII, un periodo en el que las suelas claveteadas son bastante más raras en el registro arqueológico. En
Francia, por ejemplo, no hay constancia de ningún caso posterior al siglo V. En necrópolis con periodos de uso prolongados como la de
Monnet-la-Ville las
tachuelas están presentes en las tumbas de la fase bajoimperial, pero
ausentes en la
fase burgundia que se prolonga desde el siglo V al siglo VIII. Para la
Península Ibérica sí contamos con
hallazgos posteriores al siglo V que permiten contextualizar las tachuelas de Riocueva. El más próximo lo encontramos sin salir de Cantabria, en la fase de época visigoda de la necrópolis de
Santa María de Hito (Valderredible). Una de las tumbas proporcionó
40 tachuelas de calzado fijadas a sendas suelas de las botas calzadas por un individuo enterrado en una fosa simple en torno al
siglo VII. Mejor datado aún está
otro hallazgo muy parecido en la necrópolis de
Lastras de San José (Albalate del Arzobito, Teruel), también
40 tachuelas de calzado a los pies de una
tumba excavada en la roca cuyos restos han sido datados por radiocarbono a
mediados del siglo VII. También en la necrópolis de
Aldaieta (Nanclares de Gamboa, Álava) aparecen tachuelas de calzado en
varios enterramientos datados entre los
siglos VI yVII. Por lo tanto, las tachuelas de Riocueva no son una excepción y, aunque no son muy numerosos los ejemplos, parece que en algunas zonas seguían utilizándose este tipo de botas con suela claveteada en época visigoda. Con los escasos datos disponibles es difícil saber si este modelo de calzado sigue vigente desde época romana o vuelve a incorporarse al vestuario en los siglos VI-VII, tras caer en desuso durante más de una centuria.
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Tachuelas de calzado de Santa María de Hito (excavaciones R. Gimeno) |
Una última cuestión, no menos importante, es
¿cómo llegaron hasta la cueva? En un principio, consideramos que pertenecían al calzado de los individuos enterrados y supusimos que los hallazgos realizados durante la prospección eran una muestra aleatoria, y que la excavación nos reportaría más tachuelas. Cada suela suele tener decenas de clavos y, si la hipótesis era acertada, tendrían que aparecer. Sin embargo, durante la campaña de 2011
no apareció ninguna más y en 2013 tampoco... Esto nos hace suponer que las suelas claveteadas
no pertenecían al calzado de ninguno de los
individuos enterrados en la cueva, sino a los
enterradores. Posiblemente se desprendieron de la suela de alguno de los temerosos visitantes ocasionales que introdujeron los cadáveres en Riocueva o volvieron a la cueva para
quemar los cráneos de los muertos algún tiempo después.