Ya hemos consumido 13 jornadas de trabajo en la cueva de las 18 que, si nada se interpone en nuestro camino, dedicaremos finalmente a la excavación. Hasta ahora hemos excavado bastante, mucho más de lo que somos capaces de
cribar y es esa la tarea que más
se nos atraganta. Entre otras cosas, porque dependemos del buen tiempo para poder llevarla a cabo en condiciones y, tras los días de viento sur, han llegado las lluvias que todo lo complican.
La primera labor que teníamos que afrontar era
terminar el Sondeo 5 ¡por fin! Cuando ampliamos el sondeo, la previsión era acabarlo en un par de días, pero nos ha ocupado bastante más de lo previsto. La razón: hemos encontrado, localizado en el plano, etiquetado y envasado individualmente
casi 300 objetos. La mayor parte son huesos humanos, algunos de ellos bastante completos. También hay huesos de fauna y algunos fragmentos de cerámica.
Ningún hallazgo "espectacular", pero una ingente cantidad de datos para profundizar en el conocimiento sobre las personas que fueron enterradas en Riocueva, sus modos de vida y las causas de su muerte.
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Rematando la excavación del Sector 5 |
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La satisfacción del trabajo bien hecho... |
Como a partir de ahora tenemos
cierta libertad para elegir dónde excavar de aquí al final de campaña,
ya adelantamos que el objetivo era ampliar hacia el sur el Sondeo 1.
Volvemos al lugar en el que empezamos, donde encontramos
un hebijón decorado que formaba parte de un broche de cinturón, con la esperanza de encontrar la placa del broche. Con la
programación en modo "cuenta atrás", vamos sector por sector, para que no quede nada sin rematar al final de la campaña. Y la verdad es que con la primera porción ha funcionado bien... la hemos rematado en dos o tres horas.
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A escasos centímetros de terminar la jornada |
Como sucedía en la zona más próxima a la pared norte, los nuevos
sectores del Sondeo 1 tienen poca densidad de hallazgos. Eso permite avanzar más rápido. Ni punto de comparación con el ritmo de los días anteriores. Lo más destacable es la aparición del
borde de una olla de cerámica que seguramente casa con alguna de las que recogimos en 2011. Ya veremos hasta dónde podemos llegar mañana...