Hay un asunto (menor, si se quiere, pero de indudable interés para algunos investigadores, entre los que me cuento) que sobrevuela la arqueología cántabra de época visigoda desde hace mucho tiempo: la procedencia, o no, del barrio de Santisteban (Ampuero) de dos placas de cinturón liriformes conservadas en el British Museum de Londres. Una duda que llevaba décadas asomándose a los trabajos que tocaban el tema y que sólo fue disipada en 2006 por F. Pérez Rodríguez-Aragón, aunque de forma un tanto lacónica. Tan lacónica que a mí, por ejemplo, me pasó completamente inadvertida hasta hace muy poco. Y, como creo que es algo que merece la pena que tenga difusión, en esta entrada voy a contar brevemente (y de forma no exhaustiva) cuál ha sido el recorrido de ambas piezas en la historiografía y, lo que es más importante, cuáles son sus verdaderos lugares de origen.
Hasta donde yo sé, el primero en citar la posibilidad de que las dos proviniesen del Santisteban cántabro fue H. Zeiss, en su conocidísima obra de 1934 Die Grabfunde aus dem spanischen Westgotenreich. Sin embargo, años después, en el tomo dedicado a la "España Visigoda" de la Historia de España de Ramón Menéndez Pidal se publicaba la fotografía de las dos placas y también se las hacía originarias de Santisteban, pero de Santisteban del Puerto, en la provincia de Jaén.
Fuente: Historia de España dirigida por Ramón Menéndez Pidal, Tomo III: La España visigoda
Y, a partir de entonces y pese a que la mayor parte de los autores que yo conozco optaron por la tesis de Zeiss, la controversia estuvo servida y el verdadero lugar de origen de las piezas quedó en el aire: Santisteban, en Ampuero, o Santisteban del Puerto. Podemos encontrar un buen ejemplo de cómo la versión del investigador alemán fue la que se impuso en la tesis doctoral de G. Ripoll López, presentada en 1986 y que constituye, entre otras muchas cosas, un monumental catálogo de las guarniciones de cinturón de época visigoda en la Península Ibérica. Esto es parte de lo que decía esta autora, siguiendo a Zeiss, bajo el epígrafe "SANTIESTEBAN (AMPUERO, SANTANDER): "Dos hallazgos casuales procedentes de Santiesteban se encuentran conservados en el British Museum de Londres, con los números de inventario 541 y 542." Ese mismo año, F. Pérez Rodríguez-Aragón (que será quien cierre esta historia) y M. A. de Cos Seco, en su trabajo sobre los materiales de la necrópolis reinosana de El Castillete (de la que seguro hablaremos en futuras entradas), se hicieron eco de esa "discusión" y propusieron una curiosa explicación alternativa: que los dos broches fuesen, en realidad, los aparecidos junto a un lote de monedas visigodas de oro muy cerca de La Hermida (Peñarrubia), en las primeras décadas del siglo XX y cuyo rastro se perdió inmediatamente después de su hallazgo. La confusión sobre su origen podría haberse producido, siempre según estos autores, por haber sido vendidos en Ampuero, dándose por ello esta localidad como su lugar de procedencia.
Sin embargo y sin que la noticia hubiese llegado a Cantabria (gracias Google Books, porque sin ti no me hubiera enterado nunca), en Santisteban del Puerto J. Mercado ya había hecho sus averiguaciones 12 años antes, contactado con el British Museum y resuelto el misterio:
Yo, por mi parte y sin tener ni idea de lo anterior, mencioné la existencia de ambas placas y su (ahora sé que falsa) procedencia cántabra en dos trabajos: en mi primer artículo en solitario y sobre este período, en 2002; y en la primera publicación de ese yacimiento arqueológico excepcional que es la Cueva de Las Penas, junto a A. Serna Gancedo y A. Valle Gómez. Me dejo en el tintero a unos cuantos autores cántabros más (no tengo tiempo de comprobarlo ahora mismo, pero me suenan M. A. Alonso Ávila, J. González Echegaray y, con más dudas, A. Ruiz y R. Bohigas) que cometieron el mismo error antes que yo, pero ya dije que no iba a ser un repaso en profundidad.
Así las cosas, llegamos al año 2006 y a la publicación (con catálogo incluido, en el que colaboré, por cierto, redactando algunas fichas junto a los ya mencionados A. Serna y A. Valle) que acompañó a la exposición Apocalipsis (sobre Beato de Liébana y su época) en Santillana del Mar. En ella, concretamente en la página 148, al describir una placa liriforme procedente de Herrera de Pisuerga (hasta entonces inédita y depositada en el MUPAC) F. Pérez Rodríguez-Aragón escribe lo siguiente: "La decoración de esta pieza es muy similar a la de una de las dos placas de cinturón del British Museum de Londres que se publicaron como procedentes de Santisteban (Ampuero, Cantabria), aunque en realidad proceden de la zona de Villacarrillo (Jaén)".
¿Misterio resuelto? Los testimonios de Mercado Egea (con la respuesta del Museo Británico) y Pérez Rodríguez-Aragón parecen coincidentes, así que todo indica que sí. Para asegurarnos, veamos qué cuentan en el British Museum:
- sobre la procedencia de la situada más arriba en la foto: "Úbeda la Vieja, prov. Jaén, Spain, found 1913 (Register)".
- acerca de la de la otra:"Mentesa, near Villacarrillo, prov. Jaén, Spain, found 1913 (Register)".
(Las fichas completas de ambas placas pueden verse aquí y aquí.)
En conclusión y yendo a lo que nos interesa en este blog: las dos placas del museo londinense no tienen origen cántabro. No fueron halladas en Santisteban (Ampuero), tal y como supuso Zeiss, dando lugar a un error que ha llegado casi hasta nuestros días, que yo mismo he contribuido a mantener y que, estoy seguro, más de uno volverá a repetir más temprano que tarde. Y tampoco son parte de los broches perdidos de La Hermida ni fueron vendidas en Ampuero a ningún coleccionista. Según los registros del British Museum, son piezas andaluzas, procedentes de la provincia de Jaén: de Úbeda la Vieja (un yacimiento arqueológico situado a unos 15 km de Úbeda) y, muy probablemente, de Santo Tomé (junto a Villacarrillo), respectivamente. Y poco más se puede añadir.