Durante las últimas semanas le he dedicado muchas horas a la redacción de mi
tesis doctoral y muy
poca atención al blog. Estoy obligado a administrar bien el tiempo y a avanzar cuanto pueda en ese tema, porque este año las vacaciones van a ser largas y van a requerir un
breve paréntesis en mi actividad investigadora. Muchos ya sabéis por qué, y los demás no tardaréis en enteraros, incluso en
una entrada previa hay alguna pista... En cualquier caso, trataré de buscar algún rato para alimentar a esta "bestia" siempre ávida de novedades, aunque sea compartiendo detalles de mis experiencias viajeras.
Para compensaros por el abandono, me veo obligado a compartir con vosotros, fieles seguidores, algunas de las cosas con las que me voy encontrando en mi inmersión en el mundo de los
cementerios medievales de Cantabria. Constantemente me debato entre el celo más riguroso y la necesidad de contar algunos de mis avances, pero es habitual que el
síndrome de "Mi Tesoro" —ese que hace que reservemos los datos inéditos y las hipótesis e ideas más jugosas para las publicaciones científicas, pensando que si lo contamos aquí nos lo pueden "levantar"
— gana la partida con frecuencia. Después de darle alguna vuelta, he considerado razonable la posibilidad de enseñar alguna cosa, aunque sean simples pinceladas, y hoy me inicio en esa tarea.
En el año 2002, con lo que contaban los informes de la excavación, y después de echarle un vistazo a algunos de los materiales del MUPAC y de conseguir las dataciones radiocarbónicas de
Santa María de Hito, nos atrevimos a proponer que sus sepulturas más antiguas eran de
época visigoda. Lo contamos en el
II Encuentro de Historia de Cantabria, aunque nadie nos hizo mucho caso, en
un póster que ya hemos colgado tiempo atrás en este blog. Pues bien, una de las cosas que figuraba en ese póster era una
reconstrucción ideal de una inhumación de épocas visigoda, tal y como suponíamos que podría ser, a partir de las descripciones y objetos que conocíamos, pero sin haber visto nunca ni una foto, ni un plano, ni nada parecido.
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Reconstrucción ideal de la disposición de los ajuares en el interior de la tumba |
Sabíamos que era
imposible encontrarnos con nada
tan completo: en ataúd, con anillo, con broche de cinturón, con botas claveteadas, con cuernas, dientes, sílex... Pero cual sería mi sorpresa cuando, revisando las fotografías cedidas por
R. Gimeno García-Lomas, me encontré con algo tan similar que me pareció estar viendo el "retrato-robot" del póster. Por eso, el enterramiento 7 del cuadro X4 se convirtió, desde aquel momento, en "el paradigmático" o, más probablemente,
"la paradigmática", porque no se ha determinado el sexo, pero hay indicios de que sea una mujer.
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Sepultura de época visigoda de Santa María de Hito (Foto: R. Gimeno) |
La verdad es que
únicamente reunía tres de las seis características que figuraban en el póster, pero teniendo en cuenta que, de cerca de 500 sepulturas, sólo una tenía broche de cinturón y otra suelas con tachuelas, el hallazgo es bastante significativo. Pienso yo, vamos.
Efectivamente, a la altura de la cabeza había una
cuerna de corzo, y en el dedo anular de su mano izquierda un
anillo de bronce (bueno, vale, de una aleación de cobre...) que lleva un esmalte de color verde en toda su cara exterior. Es un simple aro, pero algo es algo...
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Ubicación de la cuerna (izq.) y del anillo (dcha.) |
¿Y el tercer elemento? El
ataúd de madera. Ya, ya sé que eso no se ve a simple vista (porque ya no está) y hay que poner un poco de imaginación. Sabemos que esta difunta estaba metida dentro de uno porque a su alrededor han aparecido
cinco clavos de hierro. No podemos ubicar en la foto su situación exacta, pero estaban ahí. Además, hay otros indicios, en la forma en la que se ha quedado colocado el esqueleto después del proceso de descomposición, que nos indican la existencia de un cajón de madera. Sobre todo, la postura ligeramente forzada del brazo derecho y la manera en la que se han dispersado los huesos de las manos.
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Posible contorno del ataúd e indicadores de su presencia en el esqueleto |
La
reconstrucción de la forma del ataúd es
hipotética y no es la única opción posible. Podría haber sido rectangular, paralelo al brazo derecho, pero eso dejaría fuera la cuerna de corzo. ¿Se parece o no al "retrato-robot" de 2002?