El verano arrancó con la noticia del depósito de mi tesis y, como no podía ser de otra manera, termina con la noticia de la lectura. Sólo se me ocurren dos palabras que definen cinco años de apasionante trabajo de investigación: POR FIN. Tengo que reconocer que la recta final se me ha hecho interminable y eso que desde el depósito hasta hoy sólo han transcurrido 88 días. Todavía queda el último trago, pero ya he conseguido ordenar las ideas para la defensa y confío en que el tribunal sea benevolente en su valoración. Sé que es un día y una hora poco adecuada para comprometer a nadie, por eso disculpo de antemano las ausencias. El que quiera y pueda, ya sabe que tiene una cita el lunes 28 de septiembre a las 12:00 h en la Sala de Grados del Edificio Interfacultativo de la Universidad de Cantabria. Los demás tendrán que conformarse con que se lo cuenten...
Para mi va a ser un día muy especial ya que, al margen de los altibajos de mi trayectoria académica, sabía que algún día llegaría el momento de convertirme en doctor. Pocas cosas me hacen más ilusión, los que me conocen bien lo saben. No descarto que incluso se me escape alguna lagrimilla. Pocas cosas tenía tan claras desde el 20 de mayo de 2015 como que iba a ser doctor y que ésta iba a ser mi tesis. Gracias Pablo por permitir que cambiase de aires. Gracias Carmen por aceptar el reto. Nunca he sido un alumno cómodo, pero siempre seré un discípulo agradecido. Gracias a todos los que de forma consciente o inconsciente formáis parte de las 724 páginas que resumen 150 años de esfuerzo colectivo. Yo sólo soy un engranaje más en el mecanismo de transmisión, un eslabón más en la imaginaria cadena que nos une con la Edad Media a través del estudio de sus manifestaciones funerarias.
Ahora sólo queda un pequeño paso, «un trámite» como me dicen algunos para sentirme orgulloso de mí mismo como pocas veces me habré sentido. Lo dicho ¡os espero en la lectura! Tesis is coming...
Para mi va a ser un día muy especial ya que, al margen de los altibajos de mi trayectoria académica, sabía que algún día llegaría el momento de convertirme en doctor. Pocas cosas me hacen más ilusión, los que me conocen bien lo saben. No descarto que incluso se me escape alguna lagrimilla. Pocas cosas tenía tan claras desde el 20 de mayo de 2015 como que iba a ser doctor y que ésta iba a ser mi tesis. Gracias Pablo por permitir que cambiase de aires. Gracias Carmen por aceptar el reto. Nunca he sido un alumno cómodo, pero siempre seré un discípulo agradecido. Gracias a todos los que de forma consciente o inconsciente formáis parte de las 724 páginas que resumen 150 años de esfuerzo colectivo. Yo sólo soy un engranaje más en el mecanismo de transmisión, un eslabón más en la imaginaria cadena que nos une con la Edad Media a través del estudio de sus manifestaciones funerarias.
Ahora sólo queda un pequeño paso, «un trámite» como me dicen algunos para sentirme orgulloso de mí mismo como pocas veces me habré sentido. Lo dicho ¡os espero en la lectura! Tesis is coming...