El viernes pasado me acerqué con Helena a
Bilbao para visitar la
exposición "Vasconia, tierra intermedia" y el propio
Arkeologi Museoa, que no había tenido tiempo aún de visitar con calma. La muestra, pequeñita pero resultona, ofrece una oportunidad única para disfrutar juntas las mejores piezas de época tardoantigua del País Vasco y Navarra, motivo que por sí solo invita a la visita. Sobre todo porque algunas de estas piezas son sencillamente espectaculares. La gran protagonista de la exposición es la necrópolis de Aldaieta (Nanclares de Gamboa, Alava), a la que acompañan sin desmerecer los ajuares más representativos de otras como las de San Pelayo y San Martín (Alegría-Dulantzi, Álava), las necrópolis de Pamplona (Navarra) o la de Buzaga (Elortz, Navarra).
Haciendo un resumen rápido de la visita, debo decir que
me gustó mucho el contenido y algo menos el continente. La selección de piezas y las propias piezas son lo mejor de la exposición, con diferencia. No voy a detenerme en exceso en lo apropiado o no del discurso que, como suele ser habitual en este tipo de propuestas, puede resultar para algunos visitantes demasiado especializado. Quizá son más claras y directas las ideas expuestas en el audiovisual, que las que conforman el hilo conductor de la exposición y acompañan a las vitrinas en forma de textos. Y sobre la
museografía, me conformaré con comentar que es
mejorable: cartelas poco legibles, textos en lugares que dificultan la lectura y, sobre todo, una iluminación que hace poca justicia al material expuesto.
Entre las piezas expuestas, las
armas son las más llamativas y abundantes, más que nada porque son los objetos más singulares y característicos en estas necrópolis de la "tierra intermedia", y los
objetos de adorno personal son los más atractivo. En cualquier caso, casi todo muy "norpireanico" (por no decir merovingio). Bueno, no todo. La cerámica tiene un aire mucho más local. Una lástima que la iluminación sea tan justa. Hay algunos objetos, como la cucharilla decorada de San Martín o el espectacular broche de cinturón de Buzaga, que se ven mal o muy mal.
Uno de los principales aciertos en la gráfica de la exposición es la utilización de una
ilustración realizada para la exposición permanente del Arkeologi Museoa por
Fernando Baptista, colaborador habitual de National Geographic, que representa una sepultura de un varón adulto con su ajuar. Está
inspirada en los ajuares de las necrópolis vizcaínas y aquí se aprovecha mucho mejor que en su emplazamiento original, donde no luce como merece.
Complemento indispensable a la temporal es la visita a la sala de la
exposición permanente dedicada a la Edad Media en Vizcaya. Allí se exponen algunas de las mejores piezas de las necrópolis de Finaga (Basauri) y Santimamiñe (Cortézubi), y otros hallazgos como el jarrito de la cueva de Iturrieta (Mañaria) o el broche de cinturón del abrigo de Arrietabaso (Dima). También se reconstruye una tumba de la época y se muestran algunas estelas.
De todo lo que cuenta la exposición, me quedo con una idea que el comisario A. Azkarate expresa en el audiovisual, hablando del descubrimiento de la necrópolis de Aldaieta: no se trata de un unicum, sino de una posibilidad no contemplada en la historiografía. ¿Cuántas "posibilidades" más nos deparará en un futuro no muy lejano el estudio de la Antigüedad Tardía y de la temprana Edad Media?
La "tierra intermedia" os espera,
¡acudid presto! Merece la pena...