Hace ya un tiempo dedicamos una entrada al
broche liriforme que hizo suponer a J. Carballo, durante sus excavaciones de 1940 en Retortillo/
Iuliobriga, que había encontrado un cementerio relacionado con las invasiones bárbaras. Sin embargo, no fue ese objeto el que le resulto más elocuente, sino otro. Nos referimos a la conocida como
estela de Teudesinde (TEVDE/S(i)ND(a)E).
Según el
diario de las excavaciones de 1940 que se conserva en el archivo del MUPAC, "en la
sepultura nº 21, encima, sale una
estela que mide 60 cm por 35; tiene una
leyenda "TEVDE", que no termina por estar algo rota la piedra, y siguen las letras al lado izquierdo, en forma ilegible por estar muy erosionado". Al año siguiente, cuando J. Carballo publica un resumen de la campaña en
Metalurgia y Electricidad nº 43 y describe la necrópolis que se dispone sobre las ruinas romanas, se refiere a la estela como "el único indicio que tenemos para suponer que (las sepulturas) pertenecían a individuos
bárbaros del Norte", aunque duda en identificarlos como suevos o visigodos. Será T. Maza Solano quien se incline finalmente por esta segunda opción en su artículo de 1957 "Manifestaciones de la economía montañesa desde el siglo IV al XVIII", estimando que se trata de una inscripción "con nombre y caracteres visigodos" del
siglo VII y de tipo hispano-visigodo, según la terminología de la época. Sin embargo, en 1985
E. Van den Eynde niega la relación de esta estela y de la necrópolis de Retortillo con el mundo visigodo y estudios más recientes como el de
C. Martín Gutiérrez plantean una cronología amplia para la pieza, desde el siglo VII al siglo IX.
Contamos con un
paralelo del antropónimo en una
inscripción funeraria del siglo VII procedente de
Cárchel (Jaén) que comienza: [HI]C EST SEPULCR(
u)S (
sic)
TEV/DESIND(a)E, o, lo que es lo mismo "Este es el sepulcro de Teudesinda". La inscripción continua con una fórmula para amedrentar a los profanadores de tumbas con la siguiente amenaza: "si alguien lo remueve, marche con el traidor Judas y el fuego". Esta fórmula es interesante para datar la inscripción, ya que según
S. Perea Yébenes está inspirada directamente en la
Lex Visigothorum. Desde el punto de vista epigráfico, ambas inscripciones coinciden en el uso de la S invertida.
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Inscripción funeraria de Cárchel (Museo de Jaén). Foto Ceres-MECD. |
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Calco de la inscripción, con el antropónimo Teudesinda resaltado (Sotomayor, 1979) |
Sea o no una estela "visigoda", sí sabemos que la necrópolis de Retortillo estuvo en uso al menos desde el siglo VII y tiene una fase de época visigoda, como
ya defendimos hace tiempo.