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Channel: Proyecto Mauranus
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Buscando culpable

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Una de las principales incógnitas que plantea el estudio de las cuevas sepulcrales de época visigoda es cuál fue la causa de la muerte de los individuos allí depositados. Desde el comienzo de la investigación hemos barajado la posibilidad de que su muerte estuviese relacionada con alguna alguna epidemia y una de las estrategias elegidas para resolver la incógnita es la de los estudios microbiológicos. Los resultados de las primeras analíticas en las que se rastreó la presencia en el ADN de Yersinia pestis, la bacteria causante las principales pandemias de peste a lo largo de la historia, tanto la Peste de Justinano (541-543) como la famosa Peste Negra de la Baja Edad Media (1347-1351), no fueron concluyentes. Pero lejos de abandonar esta vía, hemos optado por redoblar los esfuerzos: seguimos trabajando con el equipo del HUMV que realizó los primeros análisis y, además, hemos logrado que el equipo de la Universität Tübingen dirigido por Johanes Krause –nada más y nada menos que los responsables de la identificación de la Yersinia pestis en víctimas de la Peste de Justinaniano– se interese en «nuestros muertos».

Hasta tal punto se han implicado desde la Universität Tübingen en el proyecto, que han decidido venir a Cantabria para tomar personalmente las muestras que emplearán en los análisis. Durante estos días nos han visitado Kirsten Bos y Maria Spyrou con ese objetivo. La primera parada de la expedición ha sido la Galería Inferior de la cueva de La Garma donde, acompañados por Pablo Arias Cabal (IIIPC-Universidad de Cantabria), hemos procedido a la recogida las muestras correspondientes a los cinco individuos que allí se conservan.

Toma de contacto con los muertos de la Zona V de La Garma
Pablo, Kirsten y Maria buscando una muestra apropiada
Recogida de piezas dentales del Individuo III, al pie de la sima
La siguiente etapa ha sido la visita al MUPAC para recoger muestras de la cueva de Las Penas en compañía de nuestra «forense de cabecera», Silvia Carnicero. Se han seleccionado más de una veintena de piezas dentales correspondientes a los quince individuos depositados en esa cueva, cuyos restos fueron recuperados en una excavación realizada entre 2004 y 2005. Además las investigadoras de universidad alemana tomaron una muestra de sarro dental en el que puede conservarse también material genético de interés para el estudio en curso.

Kirsten Bos en el MUPAC documentando una de las muestras de Las Penas
Las muestras de Las Penas antes de emprender su viaje hacia Tübingen (Alemania)
Nuestras colaboradoras de la Universität Tübingen se han llevado también unas cuantas piezas dentales de la cueva de Riocueva, si bien en este caso se han tenido que fiar de nuestro protocolo de toma de muestras durante la campaña de 2013. Conociendo el destino de este tipo de restos, fueron recogidos todos en las mejores condiciones posibles para evitar contaminaciones y se han documentado in situ uno a uno... por si alguno se hace «famoso».

Recogida de muestras para microbiología en Riocueva, campaña 2013
Queremos dar las gracias a todas las partes implicadas en el asunto, que han hecho posible completar la operación de forma satisfactoria sin demasiados contratiempos. Ahora sólo queda esperar los resultados de los análisis. Estamos impacientes por averiguar si los restos óseos conservan alguna pista sobre el «culpable» de la muerte de estos individuos. Por saber si fueron víctimas de los últimos coletazos de la Peste de Justiniano o es otra enfermedad estigmatizante u otra razón la responsable de que, tras su muerte, estos individuos fuesen excluidos del cementerio de la aldea y ocultados en las entrañas de la tierra.




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